sábado, 24 de abril de 2010

LA REVOLUCION DE ABRIL DEL 1965

LA REVOLUCION CONSTITUCIONALISTA 24 ABRIL 1965


El movimiento que se gestaba entre los militares y que pretendía restablecer a Bosch en el poder y proclamar la constitución de 1963 tenía como cabecilla principal al Teniente Coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez. La organización de este movimiento pronto llegó a oídos de los miembros del Triunvirato y por ello el Tnte. Coronel Fernández Domínguez fue enviado a España con un cargo diplomático. Otros miembros del grupo fueron destituidos de sus puestos, entre ellos: mayor Agustín Núñez Nogueras, el capitán Hector Lachapelle Díaz, el capitán Quiroz Pérez y otros que posteriormente apoyarían el levantamiento contra el Triunvirato. Al verse obligado a ausentarse del país el Coronel Fernández Domínguez, la coordinación del grupo de "constitucionalistas" como se les llamaría posteriormente paso a manos del Coronel del Ejercito Nacional, Hernández Ramirez. Aparte de los "constitucionalistas", habían otros grupos dentro de las mismas Fuerzas Armadas que también conspiraban para derrocar al Triunvirato, destacándose el conocido como "El Clan de San Cristóbal" el cual estuvo encabezado por el entonces coronel del Ejercito Nacional Neit Nivar Seijas, el cual propugnaba por el derrocamiento de Reid Cabral con el objetivo de facilitar el retorno a la presidencia del Dr. Joaquín Balaguer. La fecha en que se iniciaría el levantamiento fue fijada en varias ocasiones, pero diversos factores impidieron que esta se llevara a cabo. Uno de los más serios intentos se produjo a principios de abril del 65, pero este intento fracasó porque uno de los oficiales implicados en el mismo lo informó al Dr. Reid Cabral. Nuevamente la fecha se pospuso para el 25 de abril pero el 24 del mismo mes varios de los oficiales implicados en el contragolpe fueron apresados por el entonces jefe del Estado Mayor del Ejercito. General Rivera Cuesta. Ante tales circunstancias el capitán Mario Peña Tavéras liberó a sus compañeros de conspiración y puso bajo arresto a los generales Rivera Cuesta, al coronel Nivar Ledesma y otros militares opuestos al movimiento. Además del Campamento 27 de Febrero, donde se produjeron estos hechos que aceleraron el inicio de la sublevación, también se levantó contra el Triunvirato el Campamento 16 de Agosto. A la 1:30 de la tarde de ese día la noticia del levantamiento fue promulgada a través del órgano radial del PRD "Tribuna Democrática", el mismo indicó que capitán Peña Taveras había llamado a la emisora para informar que "oficiales de las fuerzas armadas respaldados por los alistados del Campamento 27 de Febrero habían hecho prisioneros al Jefe de Estado Mayor, general Rivera Cuesta, y se levantaron en armas para derrocar al Triunvirato". "A los pocos minutos cientos de manifestantes recorrían las calles de la capital dominicana, coreando consignas contra el Triunvirato y en favor del restablecimiento del gobierno de bosch." Ese mismo día Radio Santo Domingo, la emisora oficial, fue tomada por los rebeldes y a través de sus ondas radiaron una proclama pidiendo el apoyo del pueblo. Más tarde el edificio fue recobrado por los militares leales al Triunvirato y sus ocupantes apresados. Posteriormente fue cayó de nuevo en poder de los constitucionalistas. Mientras tanto Reid Cabral daba un ultimátum a los

rebeldes hasta las 5 de la mañana del 25 para que depusieran las armas. Ese ultimátum fue rechazado por los constitucionalistas y el 25 en la mañana se propagaron aún más las manifestaciones de apoyo al movimiento. En los campamentos sublevados los militares sublevados repartieron armas a civiles partidarios del alzamiento y se dispuso la ocupación de puestos estratégicos de la capital con el fin de enfrentar a los militares que se mantenían leales al gobierno del Triunvirato. Cientos de manifestantes recorrían las calles de la capital y ocuparon puestos de la policía donde consiguieron armas de guerra. Las fuerzas que intentaron frenar el movimiento constitucionalista estaban comandadas por el General Elías Wessin y Wessin, entonces director del Centro de Estudios y Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA) y con base en la base aérea de San Isidro. Aproximadamente a las 10:25 de la mañana del día 25, Reid Cabral renunció a sus funciones como miembro del Triunvirato. Al mediodía, fue designado presidente provisional de la República el Dr. José Rafael Molina Ureña, éste había sido presidente del Senado de la Nación durante el gobierno de Bosch. Ese mismo día, los jefe militares opositores al movimiento constitucionalista ordenaron el bombardeo del Palacio Nacional y de otros puntos estratégicos ocupados por los insurrectos. El 26 de abril se continuaron los bombardeos a las posiciones constitucionalistas, principalmente al Palacio Nacional y a la cabecera del puente Duarte, punto estratégico que unía a Santo Domingo con la Base aérea de San Isidro. El 27 de abril, el Presidente Provisional Molina Ureña, el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó y otros dirigentes del movimiento fueron a reunirse con el embajador norteamericano en el país William Tapley Bennett, en la embajada norteamericana. Según la mayoría de los historiadores, el coronel Caamaño y otros militares constitucionalistas indignados por el trato ofrecido por el diplomático a la comisión, salió hacia la cabeza del puente Duarte a enfrentar a los militares leales al Triunvirato. Entre tanto Molina Ureña el presidente provisional se asiló en otra embajada.
Canción en honor a Francisco Caamaño en formato RealAudio.

Peña Gómez en un discurso
contra el Triunvirato
Guerrilleros luchando en Ciudad Nueva

Primera plana: 82 Aerotransportada
invade Santo Domingo
"Marines" norteamericanos apertrechados
frente al hotel Embajador

"Marines" movilizándose por helicóptero
"Marines" patrullando en Santo Domingo

Caamaño en un mitin en el
Parque Independencia
Caamaño y el Presidente Bosch

Marcha Constitucionalista
Dominicanos: vencer o morir
es la consigna. Fuera los Yankis

Soldados invasores atacando
Guerrillero Constitucionalista
evadiendo fuego enemigo

Constitucionalistas en el funeral de
Fernández Domínguez, en Santiago
Caamaño en un discurso televisado
durante su mandato
La historia de la Revolución Constitucionalista del 1965 no se puede escribir sin el nombre del héroe máximo de ese valiente acontecimiento, Coronel Rafael Tomas Fernández Domínguez
Un gran héroe para la patria



EL CORONEL CAAMAÑO INTERROGANDO A
UN SOLDADO NORTEAMERICANO CAPTURADO
En el puente Duarte los seguidores del movimiento constitucionalista, bajo el mando del coronel Caamaño, coronel Ramón Manuel Montes Arache y otros; detuvieron el avance de las fuerzas blindadas del CEFA que avanzaban desde San Isidro para aplacar la rebelión. El coronel Caamaño informó ese día a periodistas del Diario el Caribe que la capital dominicana estaba en manos de las fuerzas constitucionalistas.
UNA FOTO PARA LA POSTERIDAD..PARA LA HISTORIA .
(En la foto que habla, es muy poco lo que se puede decir sobre lo que sucede, el valor y coraje de los dominicanos es incuestionable, según se habla de posibles testigos oculares de ese momento, el soldado norteamericano con arma en mano se retiro al ver que no había miedo ni temor en ese valiente hombre, con razas como esa no hubieran tantos tiranos y tantas injusticias en el mundo)

Tomado de: La foto del dominicano enfrentando al soldado invasor
Rafael Chaljub Mejía, Periódico Ultima Hora, Octubre, 1966.
Es posible que al enfrentarse con tan sólo sus puños y su coraje, al soldado invasor que pretendía obligarlo a recoger basura, el señor Senén Sosa, quien aparece en la fotografía tomada por el reportero gráfico Juan Pérez Terrero, y que ha sido seleccionada como una de las fotos del siglo, estuviese realmente bajo los efectos del alcohol.
Permítanme decirles que ese es un detalle irrelevante, sin importancia y que no le resta significación ni al hecho ni al protagonista.
Porque en nuestro país lo raro es encontrar a alguien que no beba su trago, aunque, por supuesto, hay quienes lo hacen en más abundancia que otros.
Por que de todos los sanos y borrachos, fue el señor Senén Sosa el único capaz, hasta donde se sabe , de hacer lo que él hizo, por lo cual ganó notoriedad y pasó a la historia, a riesgo enorme de su vida.
Hacer lo que él hizo frente a uno de los soldados de las tropas que, desde el 28 abril del 1965, habían invadido brutalmente nuestro país, se pagaba con la vida.
El 10 de enero de 1966, un pobre obrero llamado Feliciano Matos, se resistió dignamente a la orden de uno de esos bárbaros invasores, que lo quiso obligar a recoger basura. La negativa de el obrero significó su muerte, porque el soldado yanqui le disparó con su escopeta y lo dejaron morir en plena calle.
Senén Sosa corrió ese riesgo; si estaba convencido o no de que podía morir, a fin de cuentas es lo de menos. La historia nunca se ha hecho ni se hará adivinando intenciones, determinando si algún actor estaba borracho o sobrio en medio de un acontecimiento. No, señor.
Para la historia, sin que pretendan olvidarse los detalles ni falsear verdades para fabricar mitos , lo que en definitiva cuenta son los hechos y los resultados. A veces, hasta independientemente de las intenciones o fines ulteriores de los protagonistas de esos hechos.
Y lo que se registra y registrará la historia, com asunto principal es que el, desde entonces célebre y mundialmente conocido, dominicano de la fotografía en cuestión, enfrenta en actitud de valiente y desafiante protesta, con tan solo unos puños bien crispados y dispuestos a descargarse, a un soldado que pisoteaba el suelo y la dignidad de este país y que pretendía hacer prevalecer su decisión con un pavoroso fusil AR-15 en las manos.
Lo importante es ese hecho específico. Ese instante que captó en una dramática secuencia, el lente audaz y diestro de Juan Pérez Terrero.
Huelga repetir que esa escena captada por la foto, o para mejor decir, por las fotos de Pérez Terrero , recorrieron el mundo en aquellos tiempos en que los dominicanos defendían su patria. En las más variadas ciudades del mundo, en numerosos impresos de otros países, la aludida foto aparecía como un símbolo de resistencia y de decoro. Y seguirá jugando ese mismo papel por todos los años por venir.
El hecho mismo de que una agencia internacional la haya escogido como una de las fotos del siglo veinte, da una idea de la trascendencia del hecho singular que ella retrata. Y si está muy bien que quien tenga datos e información los aporte, es preciso que a la hora de hacerlo, casa quien se ocupe de poner con objetividad y justicia, las cosas y los hombres en su justo lugar.

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